No puedo negar que en el pecho tengo atravesada una
sensación entre desilusión, tristeza e incertidumbre por lo acontecido en
nuestro país en los pasados días; tantas emociones, pensamientos, comentarios;
me han hecho sentarme frente a esta computadora y escribir algunas líneas que
ES NECESARIO las externe de alguna forma y por el momento considero esta es la
correcta.
Hace algunas semanas en una reunión con unos amigos, charlabamos: ¿qué pasaría si Enrique Peña Nieto ganara la elección
presidencial?, surgieron infinidad de ideas y comentarios; pero lo más
interesante es que todos los escenarios planteados eran negativos o contenían
comentarios no agradables hacía nuestro futuro político. Se habló de un golpe
de estado, de repudio por parte de los mexicanos, pero sobre todo una gran
decepción por retroceder hacía aquello que como nación nos había afectado tanto.
Y es eso efectivamente lo que al salir a la calle
hueles y sientes: la decepción, la tristeza de un pueblo que a fin de cuentas
perdonó o simplemente se dejó deslumbrar por monedas. Hoy tenemos un
“presidente electo” que ganó la elección, pero pasando por encima de la
libertad de elegir, de aprovecharse de la necesidad de extrema pobreza que los
habitantes mexicanos viven, de la inconciencia e ignorancia en que muchos están
y en lugar de ayudar a esa gente, abusaron de su condición. No dudo que este
personaje tenga sus fieles seguidores, a los cuales no juzgo, no soy quién para
hacerlo y por supuesto respeto enormemente la postura ideológica de cada individuo
en este país.
Aunque aquí no acaba la cosa, al levantarme es muy
lamentable ver cómo las familias, los amigos, los vecinos se han dejado de
hablar, se hacen caras, se gritan simplemente porque pasaron de la libertad de
expresión al fanatismo desmedido y cegado que sólo trajo una fragmentación más
fuerte de la sociedad mexicana.
Criticamos con una facilidad enorme todo aquello que
no nos parece correcto a nuestra realidad, pero no analizamos nuestras enormes
carencias como personas: ¿o acaso me dirán que no prefieren escuchar música en
inglés porque la música mexicana y en español es muy chafa?; ¿Compro en Palacio
de Hierro y Liverpool, porque la ropa de tiendita no es lo más IN? ¿prefiero
pasar primero yo en mi carro, que cederle el paso al peatón? ¿Sólo porque es
mujer y está guapa tiene privilegios y tendrá futuro en la empresa?; ¿dejo
abierta la llave del lavabo mientras estoy enjabonando los trastes?, ¿Crítico a
mi vecino gay por su preferencia y su libertad de aceptarse como es, pero no me
pongo a ver que tengo una cantidad de problemas, deudas y vivo en una doble
moral?, ¿Descargo películas de internet porque “QUÉ MADRES” voy a pagar por una
original?, ¿No importa qué pase, el futbol es un bálsamo ante todo lo que nos
pasa?. Tantas y tantas preguntas me vienen a la mente en estos momentos en los
que estamos señalando, burlándonos, humillando, riéndonos de todos aquellos que
defienden sus ideas.
Leía hace poco que los mexicanos debemos buscar una
revolución, pero POR FAVOR amigos, ¿necesitamos derramar MÁS sangre que la que
ya se ha derramado en 82 años.? ¡CREO QUE NO!, ¿De qué han servido tantos
avances en el mundo si vamos a terminar arrancándonos la cabeza porque no pude
llegar a un acuerdo con el de enfrente; Eso sí, nos haría RETROCEDER como 100 años más de los que dicen ya retrocedimos con esta elección; pero analizando y lo que más decepción
me da, es precisamente que esto, estamos fomentando con nuestras actitudes,
comentarios y comportamientos. Creo fielmente en una RE-Evolución, no soy el
único, ya tuve la oportunidad de leer al respecto sobre esta postura y la cual
apoyo contundentemente. Cambia tu realidad, no dejes que el contexto te
absorba, no porque “Aquí me tocó vivir” “Aquí me tengo que morir”; busca, lee,
pregunta, conoce, duda, investiga, escucha otras ofertas, no te quedes con una
sola opinión. México nos necesita y mucho.
Ahora, analicen porque escucho muy seguido la burla
de “NO SABEN PERDER”; ¿Quién acepta perder en un campo donde el juego fue sucio, bajo
y ruin? ¡NADIE!. Aquí hablo parejo, mexicano, instituciones, medios de comunicación y gobierno. Nos
dedicamos a insultar, a discriminar, a señalar y ahora que vemos como LA VERDAD
flota ante los ojos de la gente. Nos sentamos a reflexionar (me incluyo): ¿qué
hicimos para merecer este contexto, esta realidad?.
Considero es momento de exigir la verdad, reformas, nuevas leyes; si el hombre cambia,
porque las leyes y normas no pueden hacerlo, pero el gobierno no hará este
trabajo sólo. Esa cultura paternalista que él nos solucionará la vida, ES
COMPLETAMENTE ERRONEA, somos todos y debemos exponer ideas, las posturas y
respetar lo que no es parte de nuestro contexto. Pero hecho y presentado con LA
VERDAD, sin medias tintas.
No hablo de conformismo, ni de doblar las manos;
pero si de preparase, de señalar con argumentos, de trabajar con honestidad, de
cambiar de actitud en nuestro primer círculo: familia, amigos, vecinos,
colonia, ciudad. Tenemos que hacerlo. Ponerlo en práctica. ¡ES IMPORTANTE Y
NECESARIO!.
Esta elección no fue ganada por ningún partido,
tristemente fue ganada por la mentira, la trampa, la actitud habilosa, el tan
famoso “El que no transa no avanza”, la manipulación de los medios de
comunicación y la mal información de otros tantos.
Me siento triste y desilusionado porque viajo en
este mismo barco y ahora es momento de ponerme aun más las pilas, para crear
mentes poderosas, que duden, pregunten, apoyen las causas justas; odien la
mediocridad y crean en la amistad, en el amor al prójimo, a los animales, al
medio ambiente; confíen, pero analicen que no cualquier es digno de eso; es
momento de levantarse y luchar por un México que me duele verlo así: manipulado,
humillado y dirigido por personas que en su vida han querido sus paisajes, su
gente, sus costumbres y sus necesidades; pero están hambrientas de poder.
Además, quiero aclarar que esto
representa mi sentir y solamente eso, no es meterme con la ideología política de nadie y
de acuerdo con la poca o mucha experiencia que pueda tener en la vida es lo que
puedo externar, ya tuve suficiente con la sacudida de este domingo, no pretendo
sentarme a criticar, sino a actuar. Es el momento y creo que el de más de 110
millones de habitantes de este país.
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