Buenas canciones... buenas historias.
De un año para acá esto se ha convertido en todo un fenómeno, ya dejamos atrás el termino de interesante o comercial para colgarle ahora esta etiqueta a uno de los programas de televisión más vistos, más queridos y por lo tanto más odiados por la gente.
Hoy Glee, se convierte en un producto audiovisual bastante digno de analizar y hablar de él... por el simple hecho de toda la serie de comentarios que circulan alrededor de este singular programa. Con dos temporadas muy aplaudidas y una tercera en vísperas, Glee ya se encuentra en un fenómeno que no podemos pasar desapercibidos sin dejar en claro nuestros gustos, comentarios y sentimientos hacía ella.
Glee es una serie de televisión emitida por la cadena estadounidense FOX y protagonizada por algunos desconocidos (por lo menos en TV porque en Broadway son todo un éxito): Mathew Morrison, Lea Michele y Jenna Ushkowitz, además de figurar nombres como los de Jayma Mays, Cory Monteith y Jane Lynch; la historia se centra en la vida de un grupo de adolescentes de la preparatoria William McKinley que encuentran en el Club Glee la mejor manera de expresarse y de tener un motor por el cual seguir en la difícil etapa de “la punzada”; dirigidos por su profesor Will Schuester (Matthew Morrison)los muchachos deberán entender el valor de la amistad, la unión, conocerse a si mismo y aceptarse como tal a través de una línea que fascina a la mayoría, la música.
Fíjense que cuando la serie fue anunciada por la cadena en el 2009 imaginé que tendríamos la tortuosa historia de un musical metido con calzador, pues aunque nunca he sido fanático del genero musical, principalmente hecho en el ámbito cinematográfico, ahora llevado a la televisión y verlo de manera semanal era un poco espeluznante.
Conforme los capítulos fueron avanzando y pude descubrir un trabajo muy bien planeado, escrito, con estilo y bastante entrañable; cada personaje, su historia y sus momentos nos hacen transportarnos a esa etapa de nuestras vidas, donde eras el popular o el insignificante que nadie te volteaba a ver. Pero le agregamos un ingrediente estimulante: La música y esto se convierte en una comedia llena de dramas, momentos ácidos y llenos de júbilo.
Glee, actualmente, es una de las cartas fuerte de FOX y ¿por qué será? más allá de lo comercial, la cultura mercadológica y pop que lleva muy bien tatuada en la piel; hundiéndonos un poco más en su cuerpo, la serie tiene el cariño de todo el equipo de trabajo, de todos los que participan en ella y de los directivos que creyeron (y ahora lo hacen con más fervor, obvio esta).
A lo largo de los años vemos series que circulan por la televisión, conforme los capítulos avanzan vemos que pierden el encanto, los personajes se difuminan y no consiguen enamorarnos. Considero importante en la realización de Glee y RECONOZCO el excelente trabajo actoral, coreografico, artístico, de guión y montaje en cada capítulo. No es fácil y aunque el guión funge como carta fuerte para conquistar al espectador... cada historia que se cuenta en 45min de cada capítulo siempre te deja con esa sensación de satisfacción que hace tiempo no lograba otro programa de televisión.
Aunque el musical tiene años de figurar en el mapa, creo hasta el 2009 no lo había hecho con tanto atino en el campo de los audiovisuales como Glee lo ha conseguido con su público, tomar canciones que han sido clásicos para muchos de nosotros en diferentes generaciones y plasmarlas para decir lo que no nos atrevemos a decirle con palabras a esa persona, creo es donde radica la esencia de GLEE. La selección musical es otro acierto pues pueden figurar canciones de musicales muy populares y caer en lo muy gay, hasta grandes temas con The Beatles, Queen o Journey, pasando por el pop más simple de Britney Spears, Bruno Mars o Rihanna. El perfecto ensamble cuando creemos que estamos cayendo en el simple relleno de un programa, entra un tema musical que hace vibrar tu fibras más sensibles y puede arrancarte desde una lágrima, un suspiro o una gran carcajada por lo planteado en la historia.
Una serie de adolescentes donde cualquiera de nosotros puede no serlo, pero durante una hora sentirse parte del grupo que cabe mencionar no distingue de raza, credo y popularidad. Un “ideal” que muchos buscamos y otros lo hemos pensado. Un aplauso para GLEE, una experiencia que no deja de sorprender, que busca divertir y hacer la vida un poco más ligera sin perder los pies sobre la tierra... ¿existe algo de malo en eso?
Hoy Glee, se convierte en un producto audiovisual bastante digno de analizar y hablar de él... por el simple hecho de toda la serie de comentarios que circulan alrededor de este singular programa. Con dos temporadas muy aplaudidas y una tercera en vísperas, Glee ya se encuentra en un fenómeno que no podemos pasar desapercibidos sin dejar en claro nuestros gustos, comentarios y sentimientos hacía ella.
Glee es una serie de televisión emitida por la cadena estadounidense FOX y protagonizada por algunos desconocidos (por lo menos en TV porque en Broadway son todo un éxito): Mathew Morrison, Lea Michele y Jenna Ushkowitz, además de figurar nombres como los de Jayma Mays, Cory Monteith y Jane Lynch; la historia se centra en la vida de un grupo de adolescentes de la preparatoria William McKinley que encuentran en el Club Glee la mejor manera de expresarse y de tener un motor por el cual seguir en la difícil etapa de “la punzada”; dirigidos por su profesor Will Schuester (Matthew Morrison)los muchachos deberán entender el valor de la amistad, la unión, conocerse a si mismo y aceptarse como tal a través de una línea que fascina a la mayoría, la música.
Fíjense que cuando la serie fue anunciada por la cadena en el 2009 imaginé que tendríamos la tortuosa historia de un musical metido con calzador, pues aunque nunca he sido fanático del genero musical, principalmente hecho en el ámbito cinematográfico, ahora llevado a la televisión y verlo de manera semanal era un poco espeluznante.
Conforme los capítulos fueron avanzando y pude descubrir un trabajo muy bien planeado, escrito, con estilo y bastante entrañable; cada personaje, su historia y sus momentos nos hacen transportarnos a esa etapa de nuestras vidas, donde eras el popular o el insignificante que nadie te volteaba a ver. Pero le agregamos un ingrediente estimulante: La música y esto se convierte en una comedia llena de dramas, momentos ácidos y llenos de júbilo.
Glee, actualmente, es una de las cartas fuerte de FOX y ¿por qué será? más allá de lo comercial, la cultura mercadológica y pop que lleva muy bien tatuada en la piel; hundiéndonos un poco más en su cuerpo, la serie tiene el cariño de todo el equipo de trabajo, de todos los que participan en ella y de los directivos que creyeron (y ahora lo hacen con más fervor, obvio esta).
A lo largo de los años vemos series que circulan por la televisión, conforme los capítulos avanzan vemos que pierden el encanto, los personajes se difuminan y no consiguen enamorarnos. Considero importante en la realización de Glee y RECONOZCO el excelente trabajo actoral, coreografico, artístico, de guión y montaje en cada capítulo. No es fácil y aunque el guión funge como carta fuerte para conquistar al espectador... cada historia que se cuenta en 45min de cada capítulo siempre te deja con esa sensación de satisfacción que hace tiempo no lograba otro programa de televisión.
Aunque el musical tiene años de figurar en el mapa, creo hasta el 2009 no lo había hecho con tanto atino en el campo de los audiovisuales como Glee lo ha conseguido con su público, tomar canciones que han sido clásicos para muchos de nosotros en diferentes generaciones y plasmarlas para decir lo que no nos atrevemos a decirle con palabras a esa persona, creo es donde radica la esencia de GLEE. La selección musical es otro acierto pues pueden figurar canciones de musicales muy populares y caer en lo muy gay, hasta grandes temas con The Beatles, Queen o Journey, pasando por el pop más simple de Britney Spears, Bruno Mars o Rihanna. El perfecto ensamble cuando creemos que estamos cayendo en el simple relleno de un programa, entra un tema musical que hace vibrar tu fibras más sensibles y puede arrancarte desde una lágrima, un suspiro o una gran carcajada por lo planteado en la historia.
Una serie de adolescentes donde cualquiera de nosotros puede no serlo, pero durante una hora sentirse parte del grupo que cabe mencionar no distingue de raza, credo y popularidad. Un “ideal” que muchos buscamos y otros lo hemos pensado. Un aplauso para GLEE, una experiencia que no deja de sorprender, que busca divertir y hacer la vida un poco más ligera sin perder los pies sobre la tierra... ¿existe algo de malo en eso?
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